Mitos bajo tierra. (parte 1)
Inspirado en el trabajo de H.P. Lovecraft
Iván escuchaba su respiración.
Sus compañeros lo había jugado una mala broma y sabia que todo eso era un farsa.
Los túneles de San Luis Potosí no eran una mentira, según el empirismo circunstancial en el cual se encontraba Iván. Estaba en un lugar obscuro y cubierto de ceniza. Restos de gatos muertos y de genitales de animales que no conocía su procedencia. Como si alguna criatura enterrada en el fondo de una leyenda los desechara como un alimento no grato para masticar, deglutir y saborear. Eso le recordaba a Iván aquella imagen retorcida que presencio de pequeño. De aquel perro callejero a las afueras de la ciudad arrastrándose con sus patas delanteras mientras sus genitales se estaban cayendo por una enfermedad canina. No quería recordar eso en aquellos momentos.
Solo quería blasfemar a sus compañeros de juerga y preguntarles porque lo había dejado en aquel túnel oscuro.
Algunos agujeros dejaban penetrar aquella luz silenciosa que generaba un humor horrorifico. Iván decidió caminar y mientras lo hacía gritaba “IMBECILES DEJENME SALIR!!!” Iván se había percatado que sus gritos eran nulos y que todo parecía quedarse en su propia cabeza. Se dio cuenta que no podía gritar, al tratar de tocar sus boca se dio cuenta que estaba cocida con una especie de alambres y que no tenia lengua.
Algo estaba mal, eso no era un juego de niños.
Todo estaba mal
Se sentó y comenzó a llorar.
Trató de recordar todo lo anterior a su estúpida hazaña al buscar esos túneles.
Recuerdos vagos difusos lo hacia entrar en razón. Recordaba a Emilio ese amigo rechoncho que tenia un tatuaje de una figura amorfa en su brazo y del flacucho de Rodrigo. La gente murmuraba sobre su homosexualidad. También recordaba a Pedro el guapo de los tres. Iván Trató de imaginarse a si mismo y no recordaba su apariencia, pero sabia que el tenia lengua cuando antes de despertar en ese lugar.
Tres horas después Iván despertó y toda la oscuridad y el la basura genital seguían en el lugar donde despertó. Con las mejillas húmedas siguió caminando tratando de encontrar una salida y una respuesta. Todo estaba mal se decía una y otra ves.
Los restos de animales muertos y de genitales pulverizados por el tiempo según un rastro en línea recta desde el tiempo que empezó a moverse sobre el túnel.
Tres horas de oscuridad después Iván pudo observar una luz que parecía venir de una fogata en el fondo del túnel, Iván corrió desesperado para observar lo que había al final del túnel y solo encontró unas figuras antropomorfas reunidas entornos a un signo raro. Las personas ahí presentes le parecía conocidas, junto con otras personas no tan conocidas, entre ellos niños de la calle, payasitos de los semáforos y gente de traje danzando y copulando con trajes de una piel de algún animal raro. Ni uno tenia genitales. Iván lo entendió todo y observo el signo detenidamente por varios minutos pensando en que si portaba un escopeta podría ser el momento de matar a todos esos imbeciles.Pero por lo pronto solo era consciente de que empezaba a entender algo de lo que estaba pasando.
continuara...
Inspirado en el trabajo de H.P. Lovecraft
Iván escuchaba su respiración.
Sus compañeros lo había jugado una mala broma y sabia que todo eso era un farsa.
Los túneles de San Luis Potosí no eran una mentira, según el empirismo circunstancial en el cual se encontraba Iván. Estaba en un lugar obscuro y cubierto de ceniza. Restos de gatos muertos y de genitales de animales que no conocía su procedencia. Como si alguna criatura enterrada en el fondo de una leyenda los desechara como un alimento no grato para masticar, deglutir y saborear. Eso le recordaba a Iván aquella imagen retorcida que presencio de pequeño. De aquel perro callejero a las afueras de la ciudad arrastrándose con sus patas delanteras mientras sus genitales se estaban cayendo por una enfermedad canina. No quería recordar eso en aquellos momentos.
Solo quería blasfemar a sus compañeros de juerga y preguntarles porque lo había dejado en aquel túnel oscuro.
Algunos agujeros dejaban penetrar aquella luz silenciosa que generaba un humor horrorifico. Iván decidió caminar y mientras lo hacía gritaba “IMBECILES DEJENME SALIR!!!” Iván se había percatado que sus gritos eran nulos y que todo parecía quedarse en su propia cabeza. Se dio cuenta que no podía gritar, al tratar de tocar sus boca se dio cuenta que estaba cocida con una especie de alambres y que no tenia lengua.
Algo estaba mal, eso no era un juego de niños.
Todo estaba mal
Se sentó y comenzó a llorar.
Trató de recordar todo lo anterior a su estúpida hazaña al buscar esos túneles.
Recuerdos vagos difusos lo hacia entrar en razón. Recordaba a Emilio ese amigo rechoncho que tenia un tatuaje de una figura amorfa en su brazo y del flacucho de Rodrigo. La gente murmuraba sobre su homosexualidad. También recordaba a Pedro el guapo de los tres. Iván Trató de imaginarse a si mismo y no recordaba su apariencia, pero sabia que el tenia lengua cuando antes de despertar en ese lugar.
Tres horas después Iván despertó y toda la oscuridad y el la basura genital seguían en el lugar donde despertó. Con las mejillas húmedas siguió caminando tratando de encontrar una salida y una respuesta. Todo estaba mal se decía una y otra ves.
Los restos de animales muertos y de genitales pulverizados por el tiempo según un rastro en línea recta desde el tiempo que empezó a moverse sobre el túnel.
Tres horas de oscuridad después Iván pudo observar una luz que parecía venir de una fogata en el fondo del túnel, Iván corrió desesperado para observar lo que había al final del túnel y solo encontró unas figuras antropomorfas reunidas entornos a un signo raro. Las personas ahí presentes le parecía conocidas, junto con otras personas no tan conocidas, entre ellos niños de la calle, payasitos de los semáforos y gente de traje danzando y copulando con trajes de una piel de algún animal raro. Ni uno tenia genitales. Iván lo entendió todo y observo el signo detenidamente por varios minutos pensando en que si portaba un escopeta podría ser el momento de matar a todos esos imbeciles.Pero por lo pronto solo era consciente de que empezaba a entender algo de lo que estaba pasando.
continuara...
