domingo, noviembre 14, 2004

III

Ella entro al bar (al son de Benny Goodman)

Ella entro al bar, su vestido de terciopelo brillaba en el lugar, las capas de humo mostraban su sexy figura. El violeta le quedaba bien. Pero el fotografo afeminado no le combinaba con ese vestido, talvez eran por sus pantalones enmicados y su miembro embarrados en el. El colo caqui del pantalón y las bebidas alcoholicas de el lugar.

-Una cerveza por favor –dijo marina.

-Yo la invito –dijo el fotografo afeminado.

Benny Goodman no dejaba de sonar por todo el lugar, todos bailaban, menos el barman porque no tenia pies.la manera de utilizar a una banda con un clarinete creaba formas de humo por todo el lugar.

El hombre delgado aparecio en el lugar. Y estaba el cuasi con el, su guardaespaldas y perro guardian.

Todos seguían bailando, nadie noto a cuasi ni al hombre delgado con el perfil de un doberman.

-Marina, mi amor –dijo el hombre delgado.

-Ivan ¿qué haces aquí? –dijo Marina.

-Buscandote. Llevo mucho tiempo buscandote, desde aquel dia que decidi venderte y te coloque de nuevo en tu caja por culpa de la que ahora es mi ex esposa. ¿Entiendes?, podemos volver.

-Lo siento Ivan, la noche de aquel dia fue eterna y después apareci dentro de una caja.

-Pero he vuelto.

-Yo nunca te quise, solo fui tu juguete sexual.

-Pero yo te amo.

-Ahora estoy con el –dijo Marina señalando al fotografo afeminado.

-Ni madres cabrona. Cuasi mata a este pendejo.

Cuasi saco el arma y encañano al fotografo afeminado en el centro de las cejas.

-Ya te jodiste mi metro sexual –dijo cuasi con una voz grave.

-Pero es un lugar publico y yo no he hecho nada.

Todo se fue a la mierda, el sexo con Marina y las noches en Guanajuato, todo se olvida en un segundo antes de que los cesos roden por todo el piso.

-Pinche Ivan, ya ni la chingas.

-Lo hago por que te amo –dijo Ivan con su perfil de doberman.

-Yo no te amo.

-Pero marina...

-No soy Marina solo soy un robot.

Cuasi bajo el arma, secó su mano y después encañono a Marina.

-Eres igual a mi ex esposa una puta, eres mala.

-Solo soy un robot –dijo Marina, mientras Cuasi le colocaba el cañon en el centro de las cejas. El frio empezaba a resonar en las frias y sucias calles de un callejón gótico y Summertimes de Coltrane sonaba en la radio de el automóvil de Ivan.